lunes, 26 de agosto de 2013

Rapel, tirolesa y canopy

Rápel


El rápel o rapel (del francés rappel) es un sistema de descenso por superficies verticales. Se utiliza en lugares donde el descenso de otra forma es complicado, o inseguro.
El rápel es el sistema de descenso autónomo más ampliamente utilizado, ya que para realizar un descenso sólo se requiere, -además de conocer la técnica adecuada-, llevar consigo el arnés y un descensor. El rápel es utilizado en excursionismo, montañismo, escalada en roca, espeleología, barranquismo y otras actividades que requieren ejecutar descensos verticales.
El rápel también es utilizado en rescate, tanto en los medios naturales como en los urbanos, así como en operaciones militares.

 



 

 


Tirolesa

Una tirolesa, tirolina, dosel, canopy o canopi (en algunas partes de Latinoamérica, cable) consiste de una polea suspendida por cables montados en un declive o inclinación. Se diseñan para que sean impulsados por gravedad y deslizarse desde la parte superior hasta el fondo mediante un cable, usualmente cables de acero inoxidable. Es una práctica común en ejercicios militares.
Las tirolesas se encuentran en diferentes formas y a menudo son empleadas para entretenimiento. Las que ocurren en juegos infantiles son cortas y pequeñas, normalmente con arena sobre el suelo para amortiguar en caso de una caída. Las más largas y grandes son a menudo empleadas para acceder a regiones poco accesibles (como selvas tropicales, p.ej.: El Cañón del Sumidero, en Chiapas, Tapijulapa en Tabasco o Cancún en México) o en campamentos de actividades al aire libre.



 

 
 

 

 


Canopy


El Canopy es un deporte extremo en el cual por medio de cables, poleas y plataformas, permite a sus practicantes recorridos aéreos entre la vegetación nativa que caracteriza las diferentes paisajes del Quindío. La persona que practica este deporte se ubica en una plataforma de madera y es sujetada fuertemente al cable por medio de un arnés, una polea es la que permite el desplazamiento hacia otra plataforma.
Durante los “vuelos” la persona se puede deleitar con la imponencia de los paisajes naturales que posee Colombia. Se obtiene otra perspectiva de las riquezas naturales y de la biodiversidad que esta tierra tiene. En el caso del Quindío, el canopy se realiza a través de bosques nativos que forman senderos aéreos en medio de guaduales y árboles que, en algunos casos sobrepasan los 30 metros de altura. Algunos de estos recorridos cubren distancias de más de un kilómetro.
Los vuelos toman simpáticos nombres provenientes de la variedad de vegetación que posee la región, tales como: Vuelo del Platanal, Vuelo del Café, Vuelo del Guadual, Vuelo del Nogal, Vuelo de Las Heliconias, Vuelo de Los Cafeteritos, entre otros. Los trayectos pueden variar entre los 100 y 400 metros de distancia y se alcanzan alturas de 40 a 70 metros, con velocidades de hasta 75 kilómetros por hora.
 
 

 
 








 

 


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